viernes, 17 de agosto de 2007

A ti.


Ennio Morricone - Playing Love (BSO novecento, 1976).
A ti.
Tú no eres un sueño, lo sé.
Tú no eres un sueño porque
Sólo cuando me olvido de ti
Consigo dormirme agotado.

¿Qué hacías aquel veintidós en el pasillo?
Te lo diré. –Me mirabas.
Mirabas mis ojos que no pudiste evitar.
Me observabas mientras subía las escaleras hacia ti.
-Un paso, dos...
cada vez más cerca de ti.
-Tres, cuatro...
mis ojos te preguntaban qué tal te va;
me he fijado en ti; yo ya sé tu nombre;
...tonterías.
¿Deseabas decirme...?
-Cinco, seis...
demasiado
cerca, demasiado
tiempo. Incluso para una mirada (pasos...).
Demasiado tarde. Apartaste la vista. ¿Me amaste al menos
un segundo?
Yo sí te amé. Un segundo, pero te amé.
Luego te olvidé.
Yo aún te amo. No te puedo olvidar...¿Por qué te has ido?
¿Me has olvidado? Yo aún te amo.

Perdí mi oportunidad. Ya no te veo cada día.
-Ahora desearía, querría...

...deseo, quiero.
Saciarme de tu semblante al despertar.

Desde aquel lunes de examen
no te volví a ver.
Gracias por ese «hola» que
me dijiste ayer.

Puddle, M. C. Echer



3 comentarios:

Alucard dijo...

Las miradas son palabras profanas que emanan de los ojos, se acercan con la desfachatez de quien se viste de misterio y engalanan el pasillo donde cada día te amo y te extraño más. Muy bueno.

Cristina Sánchez dijo...

Precioso, me encantó la primera estrofa (especialmente los dos últimos versos). Me llama la atención cómo, pese a hablar de "un segundo, pero te amé", luego el poema termina con ese verso que me encanta y dice "saciarme de tu semblante al despertar". ¿Haces referencia al no apreciar lo que se tiene? Me gustaría que aclarases la paradoja, please! En fin, enhorabuena por el instinto poético :) Un abrazo

Zerepica_n dijo...

Despertar de esta vida, que es un sueño pasajero. Cuando rememoras el pasado, los tiempos se acortan cuando no tienes nada que contar y un segundo narrado puede ser demasiado tiempo, incluso para una mirada. En un segundo lo puedes tener todo y no darte cuenta. En un segundo puedes perderlo todo o ganar una vida. Y es aquí donde cobra una importancia -muchas veces irrracional- la consciencia. Tanto cuando ganas, como cuando pierdes, el hecho de no darte cuenta no te hace más ganador ni más perdedor, tan sólo te hace menos consciente de lo que tienes. Cuando miras al pasado y reconoces cuánto tienes ahora, no tienes más ni menos, pero sabes que podrás saciarte de lo que tienes y lo que quieres consegir cuando lo tengas. Gracias por tu atención. Salu2