domingo, 25 de noviembre de 2007

No quiero perdérmelo.

Warhol sobre Warhol (La Casa encendida)

Fecha: Del 23 de noviembre de 2007 al 20 de enero de 2008 (excepto los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero)
Horario:De 10.00h a 22.00h
ENTRADA GRATUITA
C/Ronda Valencia, 2
28012 Madrid.
T 91 602 46 41

sábado, 17 de noviembre de 2007

Aproximándolo todo.

Miraba el teclado. Sus manos sobre diez letras. Ante lo indoloro, ante la soledad de su ordenador. Miraba hacia atrás, miraba su pasado. Pensaba en su último amor, en el anterior. Buscaba un tema que no podía encontrar. Ahora observaba el humo que traslucía la pantalla de su ordenador. Revolvía entre los recuerdos de su infancia, entre los escombros de una muerte, pero estaba solo. Sólo escuchaba una frase que tenía como clavada en el corazón y sentía la necesidad imperiosa de escribir para lograr olvidarla. Le mataba, le entumecía los dedos y le paralizaba. Lo intentaba pero no podía más que dejar el tiempo pasar observando, releyendo un pasado, explorando su cotidianidad, queriendo escribir -quizás sobre el tiempo, sus sueños o su mirada-, pero olvidando, que era -a fin de cuentas-, lo que supo que algún día lograría.Todos se habían ido alejando. Mientras, el fuego ardía consumiendo el cilindro americano. Él no se terminaba de disgustar, en el fondo su mejor amiga siempre fue la soledad y muchas veces se recluía con ella estando rodeado, oyendo risas, tomando copas, incluso conversando, pero aburrido.



viernes, 9 de noviembre de 2007

Sueño de una noche con una muerte anunciada.

Encerrado en mi habitación oigo el gemido de una muerte. Una muerte que amenaza con paso firme, decidido. En la cruzada de una lucha ya anunciada que se acerca hoy con ventaja, que no teme, que no asusta desventurada en la ficción de una mañana caducada en un tiempo que te limita y que no cesa.



Encerrado en mi habitación oigo un gemido de una vida que agoniza. Que no cede por no quedar sola y que no lucha por no anunciar su cruzada. En desventaja se aleja, perenne de su tiempo, en una ficción que cuenta con desventaja por no ser más limitada.

Encerrado en mi habitación oigo una vida que se desgasta. Que no pesa cuando no huye y que no sufre si no la miran. Que cuando puede descansa en una mirada inocente de otro tiempo que la desgaja y que no sufre el descrédito de su tiempo porque la duermen acomplejada.

Encerrado en mi habitación intuyo el tiempo que nos persigue, acelerado, entumecido. Que sólo piensa en su sonido. Que no descansa, que no se muere sino que mata. Que no termina y que limita y no abandona y sólo sueña con darnos caza.

domingo, 4 de noviembre de 2007

«Gato» está creciendo.




Pasando entre los dedos de sus manos. Viendo cómo se escapa de su destino. Así se sentía Gato cuando descubrió lo difícil que era hacerse a los rápidos cambios a los que se veía sometido desde hacía unas semanas. En realidad no sabía bien desde qué momento ya no era el mismo. Miraba hacia atrás y descubría que ya no solía meterse en todos los jaleos. Ya no era el centro de atención en aquellas cenas familiares en las que sus comentarios en las conversaciones de los adultos eran recibidas con carcajadas. Antes si había una pelea en clase, él estaba de por medio seguro. Antes, si sus amigos del barrio planeaban alguna trastada a las niñas, él era el cerebro de la operación. Quizás estuviese madurando, y no había leido ni oido antes cómo debería madurar, no existían manuales ni tiempos, no podía suponer que eso era normal, no podía dar crédito a que escuchar a una chica de su edad podría llegar a ser hasta agradable. Ahora sentía cómo se le escapaba el tiempo, había tanto que hacer, tanto que decir...

...y no podía compatibilizarlo con su destino soñado.


Martí Bofarull. Met Life. Técnica mixta s/madera81 x 81 cms.