domingo, 4 de noviembre de 2007

«Gato» está creciendo.




Pasando entre los dedos de sus manos. Viendo cómo se escapa de su destino. Así se sentía Gato cuando descubrió lo difícil que era hacerse a los rápidos cambios a los que se veía sometido desde hacía unas semanas. En realidad no sabía bien desde qué momento ya no era el mismo. Miraba hacia atrás y descubría que ya no solía meterse en todos los jaleos. Ya no era el centro de atención en aquellas cenas familiares en las que sus comentarios en las conversaciones de los adultos eran recibidas con carcajadas. Antes si había una pelea en clase, él estaba de por medio seguro. Antes, si sus amigos del barrio planeaban alguna trastada a las niñas, él era el cerebro de la operación. Quizás estuviese madurando, y no había leido ni oido antes cómo debería madurar, no existían manuales ni tiempos, no podía suponer que eso era normal, no podía dar crédito a que escuchar a una chica de su edad podría llegar a ser hasta agradable. Ahora sentía cómo se le escapaba el tiempo, había tanto que hacer, tanto que decir...

...y no podía compatibilizarlo con su destino soñado.


Martí Bofarull. Met Life. Técnica mixta s/madera81 x 81 cms.

2 comentarios:

María dijo...

Yo le diria a Gato que tiempo al tiempo, que día a día.... así es más facil y no te atragantas. Y que disfrute con todo lo que ve a ir descubriendo!!!!

Anónimo dijo...

Hay una frase que alguien me escribió una vez:

En trueque de emoción delivere y libere el borrón la cuenta. se haga de nuevo con más exactitud que eterno fallo irremediable. retome en la medida que quepa y que no le hurten a usted sus saberes con vergüenzas o ridículos. y no se culpe si algo ya pasó. La mariposa pasará volando sin que se de cuenta. Anuncia el orden.