lunes, 17 de diciembre de 2007

Por su insistencia.

Como sólo la imaginación sabe, como cuando mira a la memoria y crea así esas frases nuevas que llenan, de tinta fresca -nueva, joven siempre-, el papel seco en que se apoya. Como cuando el tiempo vuela dando forma a una vida nueva. Como se quiere lo que se ama o se huye de lo extraordinario en una vida anodina. Como la extrañeza de lo cotidiano cuando por fin miras con nuevos ojos. Como matemáticas en papel, como una novela acabada o un poema con ritmo. Como tantas otras cosas.





Quizás sea el momento, la identidad, la visión o la reflexión imaginativa que nos cuenta. Quizás el lenguaje, pudiera ser la imagen. Puede que sea el olvido.






El olvido,

...es entonces cuando la memoria se queja y la imaginación despierta con frases frescas -como jóvenes promesas-, haciendo que el tiempo se olvide creando una cotidianeidad extraordinaria en una vida anodina, con una métrica nueva que rompe la geometría aparente de una identidad sin lenguaje, donde con la extrañeza del que estrena identidad nueva, huye de la imagen vieja en busca de lo desconocido. Como el tiempo que olvido y como el humo que veo. Así es la geometría de los sentidos.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Silenciado en la espera.

Cuánta dicha ha quedado en la mañana fría que renace cada día. Cómo son ahora esas miradas. Cómo suenan las palabras no pronunciadas y cómo saben los silencios de la muchedumbre ausente que no habla. Quizás obsesione pronunciar la silueta retirada que no huye por no poder casi ni mirarla. Puede ser que se sepa cómo gusta ausentar la torpona luz que arroja su entornada sonrisa inapreciada. Tendrían muchas letras que presentarse como si nada, para alcanzar a sentir ese lejano sueño casi inventado que no puedes lograr siquiera a sospechar en el dichoso porvenir entrelazado. Tendríamos tantas cosas que callar...




Hoy amanece casi sin querer y estamos puestos hasta arriba de sonidos que nos callan, nos ausentan y retienen como lunáticos mendigos y apegados. Sólo la presencia del silencio, nos deja sospechar la ausencia de verdad que hay en la alfombra de esos sueños incompletos aunque acabados. Sólo la luz de su mirada podría entregarnos a sus sueños que se sospechan sin diluirse y que ausenta la carga entorpecida de una retórica ganada que no puede entristecer porque se vuelva.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Soledad.

Jorge Drexler y María Rita.


12 segundos de oscuridad

lunes, 3 de diciembre de 2007

Como todas las mañanas.

Érase una vez un chico inditex que iba en el metro como sardina en lata para poder llegar a tiempo a su puesto de trabajo.

Se levantaba, desayunaba y una vez aseado, se ponía el traje y corría y corría para enlatarse de nuevo. En el metro se movía como en su salsa; vaya, que estaba como pez en el agua. Sabía escoger un lugar estratégico en el andén para después -disimuladamente-, dejarse succionar por la masa informe que se arrepentía de no haber hecho caso antes a su despertador.

Tras unos pocos suspiros, muchos apretones e incluso algún que otro empujón de gente despistada, que -por su estatura o por la de los demás-, no alcanzó a ver que era su turno de salida, nuestro amigo se dejaba de nuevo despedir, esta vez hacia las mecánicas escaleras que como un dragón hambriento se apresuraban a desplazar de abajo a arriba a diestro y siniestro transeúnte que se asomara.

Estación de Príncipe Pío, Madrid.


Cuando por fin veía la luz, buscaba con la mano en su bolsillo un cigarrillo que llevarse a la boca, de manera que al alcanzar sus pies la calle, tenía ya bien avanzado el consumo del filtro. Las últimas caladas nunca las disfrutaba. Ya estaba en la oficina y tenía que apagar.

Tras los saludos oportunos a la recepcionista y al guardia de seguridad del edificio, y ya en el ascensor que le desplazaba a la octava planta, intentaba recordar en qué quedó su última salida -todo un fin de semana antes- mientras observaba las ojeras del personal que iba quedando en las primeras siete plantas.

Después todo era sentarse ante el PC y esperar a que terminara la jornada.