sábado, 11 de agosto de 2007

Sueños que se sospechan. Hoy sin miradas.

Cuando no puedo mirarte, no te sospecho. El otro día tú me decías lo que escuchabas y no me di cuenta. Hoy he recordado lo que te dije en aquella carta de despedida. Ahora sé que no es un amigo. Ahora comprendo. Decirte lo que no quiero escribirte, ya sé que ya no es algo que tú quieras escuchar, porque lo deseaste antes y ahora ya es tarde. Y a mi ya no me importa, ahora soy yo el que te lo quiere decir y el que tratará de hacerlo.

Chinese Dancing, 1994-1996. Brice Mardem.

Es una pena que no te tenga cerca cuando estás triste, porque entonces es cuando te arrancas y cierras el trato y lagrimeas, y gimes disimulando que no te importa. Y me dices que soy la caña y que te hago sonreír, que tonto eres y estás de nuevo contenta y sonriente o quizá disimules y a mi me reconforta que te alegres. Pero eso, que a mi me gusta, no me sirve sólo. Yo quiero que con el tiempo conozca que durante -no una noche o una mañana-, sino a lo largo de toda una vida, he logrado hacer feliz a la persona que haya tratado de tratar cerrando un trato. Para que no tenga que escribirte tus palabras ya hechas mías, ni tú tengas que decirme que ídem como un regalo, sino que entonces pueda ser una mirada la que no diga lo que nos diga, o una pausa la que estirada ya ni pronuncie lo que sepamos que nos decimos.

4 comentarios:

Cristina Sánchez dijo...

El oxímoron mismo de la vida. La verdad es que me ha encantado tu texto, por lo etéreo pero a la vez tangible de algunas realidades. Ánimo con la escritura, es un don :)

Cristina Sánchez dijo...

Qería decirte también que tienes un premio (Thinking blogger award: http://palabrasdecafe.blogspot.com/2007/08/un-premio-un-premio.html) enhorabuena y un abrazo.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho este texto en el que se entiende esa relación, se entiende como las líneas de la pintura de Brice Mardem. Ese trato del que hablas, si no me equivoco, no es fácil de cerrar, ni tampoco es fácil estar tan seguro de que se quiere firmar. Yo todavía espero a mi mejor socia. Mientras tanto, hago líneas de colores, a ver a dónde llevan.

Zerepica_n dijo...

Cada día que pasa, Dani, veo más claro qué línea oscura es la que sigue. Se que es oscura, pero eso no debe, no me detiene nunca a probar el salto. Cada día que pasa, estoy ya más seguro de que aquella Pulguita vendrá y cerrará mi trato. Gracias, Dani, gracias por tu post.