sábado, 13 de octubre de 2007

Aquel octubre.

Y al tiempo reparé en su mirada,
viva, fija como la luna,
gran pradera,
sueño que a mí me nubla.

Ahí siempre estaba
puntual como el amanecer,
esa mirada hermosa
que pretendí poseer.

Inquieta como las nubes
me preguntaba:
¡vaya si preguntaba!
¿cómo te llamas?

¿Yo...? Tú -me decía-.
...Soy quien te contempla,
quien se admira,
quien te observa...

Supe que no volvería a tenerla,
esa mirada que me seguía,
penetrante, pura y blanca,
aquella me poseía.

Luna, fija e inquieta,
bella, siempre mirada.
Sólo eso, una mirada.


3 comentarios:

Alucard dijo...

¿Mirar, hacia dónde? Tal vez a un claroscuro deambulante entre las sombras, tal vez a una marcha indescriptible de luces. Nómadas son los ojos en busca de una luna que enternece a la encandilada mirada del que que busca sin saberlo.

Buen post, saludos.

Cristina Sánchez dijo...

¿Esta poesía es tuya? Me ha gustado mucho, buen trabajo! Y la foto inmejorable, ¿eh? Que vivan los mares bravíos como el Cantábrico (suspiro... jajaja) Un abrazo!

Zerepica_n dijo...

Alucard, ya se sabe, el que busca encuentra. Y cuando uno no busca y encuentra... Eso es lo bueno de la inspiración, cuando te viene de pronto y te pones a buscar un lápiz, un boli y escribes lo que sea en una servilleta, y piensas, yo sólo pasaba por ahí.

Cristina, me quitaré mérito; la foto no es mía, jajaja. gracias.