Ven a mi Madrid. Ven con tus calles. Ven con tus sombras. Ven a mi Madrid.
No olvides tus farolas negras. Ni tu silencio siempre ausente, ni tus claros atardeceres de aquellos lentos veranos que aún retengo en mi retina.
Ven a mi Madrid, no me abandones.
Ven ahora que te necesito. Ven y no vuelvas a dejarme. Porque te añoro y no consigo olvidarte.
Porque necesito tu tensa mirada fija en los cafés ahumados de tus barrios. Porque te siento tan cerca...
Ven. Tampoco olvides los escalones grises que te multiplican bajo el suelo. Ni el oscuro cielo que te tiñe bajo la noche -no, no me prives de él-. Traéte tu duro asfalto que cubre la tierra que otros pisaron. Trae tu humo denso de la ciudad y tus aires de jardines y la fresca y suave brisa de tu sierra.
Ven a mi, Madrid, no me abandones. Ven y muéstrate a mí, tal como eres.
miércoles, 1 de abril de 2009
Levedad en Madrid.
Cúpula de Príncipe Pío. Zerepican 2008.
Publicado por
Zerepica_n
a las
15:53
Etiquetas: Imágenes, Narraciones., Recuerdos.
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2 comentarios:
¡Reclamo el copyright de esa foto!
Qué ganas de estar ahí debajo, tomando un cafecito...
Buen texto, sí señor.
Sí! Muchas ganas!! A ver cuando vuelves por aquí! Un abrazo!
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