martes, 8 de julio de 2008

Una buena mañana.

Así, yendo despacio, como tú sabes. Lentamente, concentrado en transmitirlo todo. Sin miedo, sin pausa, con buena letra. Hay días que quieres darlo todo y no puedes. Que tienes todo y no sabes nada. Hay días que querrías hacer de todo un algo más sencillo, que no cuesta nada entender, que no tienes preguntas que responder.

Moldeado en el tiempo encuentras un nuevo espacio en blanco al que no quieres dejar de dar color. Aunque no se deje, aunque le cueste. Sabes que no tiene más sentido así, sin nada, con todo en blanco. Y no se queja.

Siempre despacio y con suave esmero, queriendo darlo todo en cada instante. Como tú sabes, como tú quieres. Triunfando con esa sonata cálida que deja a su paso. Con mucho cariño, despacio, apagando las velas antes de marchar y limpiándolo todo antes de cerrar.

No dejes de pensarlo, no dejes de extrañar, ni de soñar. A ese ritmo lo lograrás.


(M. C Escher, Litografía, 1956).

2 comentarios:

Perdida dijo...

Una vez alguien me dijo que los sueños son los motores de la vida y...sabes? tenía razón: nunca debemos dejar de soñar, de vivir nuestra realidad, de seguir adelante, de intentarlo, de caerse, de levantarse...porque, como bien dices, todo eso y más, sigue valiendo la pena.

Un beso

Zerepica_n dijo...

gacias perdida, pero los sueños, sueños son, jeje. Con saberlo de antemano, podremos vivir sin lastre de más. Un abrz