viernes, 22 de febrero de 2008

Leyendo.




Y leía y no podía parar de leer. Leía un texto primero y seguía leyendo. Primero uno, muy lento y se paraba y releía. Seguía el curso natural de las letras que son palabras; leyendo frases como mirando al infinito. Y no podía -aunque el tiempo apremiara-, más que seguir su lectura. Más letras y más palabras, miraba frases como quien escucha el silencio de la lluvia al caer, como quien fuma y observa el humo que desprende, como quien huye en silencio disimulado. Así era y espera que no siga, porque se teme, porque se huye. Aparece así el tiempo lento que discurre por sus sueños incomprendidos. Taciturno por su lenguaje que le crea en la oscuridad una templanza escasa que no llega.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como no tienes ningún chapuzon en este apartado de tu blog pues nada para estrenarlo y haber si la gente de la ofi se anima y te deja unas palabras.
Sigue escribiendo así que a mi me encanta.

Un saludo,

Mª José Rodrigo.

Zerepica_n dijo...

GRACIAS MªjO,eres la Kña! A ver si te hacen caso!! Salu2